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Pranayama; el arte de respirar.

De la importancia de la respiración ya hablamos en una entrada previa del blog "la importancia de la respiración", donde se puso de manifiesto la importancia que esta tiene en todos los aspectos de nuestra vida, siendo el puente entre el cuerpo físico y la mente. En esta entrada trataremos la respiración desde el enfoque del yoga. La respiración en yoga se denomina pranayama, pero para poder entender qué es realmente el pranayama nos ayudará el origen y las diferentes acepciones de esta palabra.

Pranayama es una palabra sánscrita que etimológicamente tiene dos raíces: “prana” y “ayama".

Prana; significa aliento, energía vital, lo que está en todas partes alentando la vida. Y ayama; significa disciplina, control, dominio. También trasmite la idea de alargar la respiración aumentando la capacidad de asimilar el prana. Por lo que podemos traducir pranayama como el control de la energía vital a través del aliento, de la respiración, para poder repartirla por todo nuestro organismo. Pero pranayama es mucho mas que una definición etimológica. En yoga, pranayama es una de sus prácticas centrales y muy beneficiosas, es un concepto profundo e íntimamente relacionado con la meditación, con un sentido de introspección, un trabajo personal que lo aleja del simple ejercicio respiratorio. Con la práctica del yoga podemos actuar en el movimiento y la distribución de "prana" en el cuerpo e incidir sobre las constantes vitales y la actividad cerebral. Así, cuando conseguimos respirar de manera lenta y más profunda, la mente se calma, ya que es la energía vital que captamos con la respiración la que alienta la generación de pensamientos en nuestra mente. La práctica de pranayama no es fácil. Hay que tener en cuenta varias cuestiones como el entorno, la estación del año, el momento vital en que se encuentra el practicante, el momento en que se realiza pranayama, la alimentación que se está siguiendo, el objetivo que se busca... Todo ello nos llevará a elegir una u otra técnica respiratoria con sus propias características, donde la postura corporal, la posición de las manos, los ritmos, pueden ser distintos. Son muchas variables, si, pero si no las tenemos en cuenta la práctica puede volverse infructuosa.


Si finalmente decides realizar pranayama ten en cuenta varias sugerencias:

  1. Aplica los principios Sthira/sukha; a saber; estar estable y confortable.

  2. Observa tu actitud física y mental durante la práctica; mantén la postura estable, relajando la espalda, la nuca y la cabeza.

  3. Respeta tu ritmo; si te sientes incómodo o indispuesto, para. Relájate y disminuye el ritmo.

  4. Se consciente; mantén atención plena en la práctica.

  5. Usa medios sensoriales; las visualizaciones, los mudras, nos ayudaran a centrarnos.

Los progresos en la práctica nos llegaran cuando alcancemos un estado de plena concentración, que nos facilite la meditación y la consecución de pensamientos positivos y lúcidos. La posición ideal para la práctica de pranayama es la asana (posición) del Loto (Padmasana), por su estabilidad. Si no puedes realizarla puedes probar con la asana del Medio Loto (Ardha Padmasana), si aun así no puedes con ella, prueba con la asana del Zapatero (Baddha Konasana) que es muy sencilla. También se pueden usar cojines para mantener la cadera mas alta que las rodillas proporcionándonos mas estabilidad.

Asana (posición) del zapatero.

Durante la práctica se pueden dar cuatro tiempos:

Pûraka; la inspiración, la toma de energía.


Antar Kumbhâka; la pausa que se produce después de inspirar, cuando estamos llenos de aire.


Rechaka; la espiración. Se expulsa el aire para relajarse, para calentar o purificar.


Bâhya Kumbhâka; la retención en vacío tras la espiración.



Los beneficios físicos y mentales del pranayama son los mismo que una respiración consciente nos aporta. Ya los tratamos en la entrada  "la importancia de la respiración", pero no está demás recordar algunos de ellos. Físicamente: Aumenta la capacidad pulmonar, más resistencia para realizar esfuerzos físicos, revitaliza y purifica el organismo, mejora y fortalece el sistema cardíaco y nervioso, mejora la digestión, etc. Mentalmente: Genera tranquilidad, conseguimos reducir es estrés y la ansiedad, controlar tus emociones, ayuda a dormir bien, induce a un estado de meditación, deshace bloqueos en la circulación de la energía, equilibra la actividad de los canales principales: Ida y Pingala, activa e incrementa el potencial de los chakras, etc.

Según los beneficios y efectos que nos aportan, los tipos de pranayama podemos clasificarlos en diversos grupos:

Purificantes: Douti, Anunasika, Nadi Shodana


Estimulantes: Kapalabhati, Bastrika, Ujjayi


Refrescantes: Shitali


Regenerativos: Surya Bheda, Kumbaka, Samavritti



Es interesante realizar Nasagra Mudra (mudra de la nariz) antes de realizar estos ejercicios en la práctica, porque nos permite regular la respiración en las dos fosas nasales. Podemos realizarlo de dos manera:

1 - Colocar la mano derecha delante de la cara. Dejar las yemas de los dedos índice y corazón apoyadas en el entrecejo (localización de ajna chakra). El pulgar queda al lado de la fosa nasal derecha para poder taparla y el anular junto a la fosa nasal izquierda. El dedo meñique queda junto al anular. Con el dedo anular taparemos, cuando sea necesario, la fosa nasal izquierda. Así, cuando realicemos el ejercicio de pranayama, taparemos la fosa nasal derecha con el dedo pulgar para poder respirar por la izquierda, y cuando respiremos por la derecha, el dedo anular tapará la fosa izquierda.


2 - Colocar la mano derecha delante de la cara. Doblar los dedos índice y corazón hacia la cara de forma que queden replegados sobre el interior del dedo pulgar. Durante la retención cerraremos ambas fosas con los dedos pulgar y anular.

Advertencia importante. La práctica de pranayama debe de ser realizada bajo la guía de un profesor competente. Una práctica inadecuada puede causar trastornos a nivel físico, psicológico y emocional. Estos efectos negativos no surgirán necesariamente a corto plazo, por lo que incluso nos podemos sentir bien después de realizar una práctica. Sin embargo, a medio o largo plazo, puede causarnos problemas, ansiedad, agitación mental, emocional, psicológica, etc. Por ello, siempre es aconsejable seguir la guía de un profesor con experiencia que nos indique qué pranayama y qué ritmos respiratorios son los más adecuados para nosotros.

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