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Golpe de calor; causas, consejos y prevención

En condiciones normales, el cuerpo humano es capaz de controlar su temperatura, y cuando sube producir sudor como método para refrescarse.

El golpe de calor se produce cuando el organismo no puede regular su propia temperatura y esta aumenta por encima de los 40º durante un tiempo prolongado, llevando al organismo a una respuesta inflamatoria sistémica.

Se distinguen dos tipos de golpes de calor:

Una persona sufriendo un golpe de calor
Golpe de calor en exteriores

El golpe de calor clásico puede producirse sin esfuerzo, cuando una persona está expuesta a un ambiente caluroso. En este tipo de golpe de calor, se reduce la capacidad del cuerpo para sudar y transferir el calor al medio ambiente.

El golpe de calor clásico puede desarrollarse a lo largo de varios días (hasta 2 ó 3). Los bebés, los adultos mayores y las personas con problemas de salud crónicos corren el riesgo más alto de tener este tipo de golpe de calor.

Se produce durante las horas de calor de verano, en general en ancianos, personas sedentarias que no tienen aire acondicionado y, con frecuencia, con un acceso limitado a los líquidos. Puede ocurrir rápidamente en los niños que quedan en un automóvil caliente, particularmente con ventanas cerradas.

El golpe de calor por esfuerzo puede producirse cuando una persona está trabajando o haciendo ejercicio en un ambiente caluroso. Una persona con golpe de calor por esfuerzo puede sudar copiosamente, pero el cuerpo sigue produciendo más calor del que puede perder. Esto hace que la temperatura del cuerpo se eleve.

El golpe de calor por esfuerzo ocurre de manera súbita y afecta a personas sanas activas (p. ej., atletas, reclutas militares, trabajadores de fábricas). Es una causa común de muerte en atletas jóvenes. Un ejercicio intenso en un entorno cálido produce una carga térmica masiva y súbita que el cuerpo no puede modular. Es frecuente la rabdomiólisis; la lesión renal aguda y la coagulopatía son algo más probables y graves. El agotamiento por calor puede pasar a un golpe de calor a medida que las enfermedades por calor avanza y se caracteriza por el deterioro del estado mental y la función neurológica.

Los golpes de calor no suelen durar más de seis horas, pero si se prolongan más pueden causar graves problemas de salud como deshidratación grave activando citocinas inflamatorias, pudiendo llevar a la insuficiencia multiorgánica dañando rápidamente el cerebro, el corazón, los pulmones, el hígado, los riñones y los músculos esqueléticos. 

Esto convierte a el golpe de calor en una emergencia médica potencialmente mortal que requiere tratamiento médico de urgencia, ya que el cuadro puede empeorar cuanto más se retrase el tratamiento.


¿Cuál es la diferencia entre golpe de calor e insolación?

La insolación es producida por la exposición directa a la radiación solar y el golpe de calor puede darse también a la sombra o en un entorno cerrado, siempre que la temperatura sea elevada, por ejemplo: en el interior de un coche o haciendo ejercicio intenso en un lugar caluroso.

Los síntomas son similares en ambos casos: aumento de la temperatura corporal, calambres musculares, debilidad, cefalea, irritabilidad, taquicardia, náuseas, vómitos, mareos, desmayos o pérdida de conciencia.

La diferencia está en que en la insolación la piel suele presentarse enrojecida y sudorosa, mientras que en el golpe de calor la piel suele aparecer también enrojecida, pero seca y caliente.

Los síntomas del golpe de calor incluyen:

  • Estar inconsciente por más de unos pocos segundos.

  • Debilidad, mareo, cefalea, alteración de consciencia, visión borrosa.

  • Confusión, fuerte agitación o ansiedad.

  • Tener convulsiones.

  • Dificultad para respirar; siendo la respiración rápida y superficial.

  • Frecuencia cardíaca rápida.

  • Piel enrojecida, caliente y seca, incluso en las axilas.

  • Náuseas y vómito.

  • Temperatura corporal hasta por encima de 40º C.

  • Calambres musculares.


Factores de riesgo en el golpe de calor

Cualquier persona puede sufrir un golpe de calor, aunque hay diferentes factores de riesgo que hacen que ciertas personas sean más propensas a sufrirlo:


Persona mayor siendo atendida
Las personas mayores tiene más riesgo
  • Edad. La capacidad para soportar el calor extremo depende del sistema nervioso central, por lo que cuanto más fuerte sea, menor probabilidades de sufrir un golpe de calor. En niños, su sistema nervioso central no está desarrollado por completo, igual que en adultos mayores de 65 años, comienza un deterioro, lo que hace que su organismo tenga más dificultad en regular la temperatura corporal. Además, estos dos grupos de edades suelen presentar dificultad para mantener una correcta hidratación.

  • Exposición inesperada a un clima caluroso o un cambio de temperatura brusco. Es posible que una persona sea más propensa a un golpe de calor si se expone a un cambio repentino de temperatura. Esto se puede dar en época de verano ante una ola de calor o un viaje a una región con temperaturas más altas, con un nivel más alto de humedad, o ciertos empleos en los que la persona se enfrenta continuamente a cambios bruscos de temperatura.

  • Medicamentos. Algunos medicamentos afectan a la capacidad del organismo para mantener la hidratación y combatir el calor. En un clima caluroso, hay que tener cuidado con los medicamentos que actúan como vasoconstrictores, estabilizadores de la presión arterial (betabloqueadores), diuréticos, que eliminan sodio y agua, o medicamentos psiquiátricos como los antidepresivos o antipsicóticos.

¿Cómo actuar ante un golpe de calor?

El objetivo prioritario cuando una persona sufre un golpe de calor es intentar bajar su temperatura corporal a 37º C.


Para ello hay que:

Instructivo a seguir en caso de golpe de calor
Que hacer ante un golpe de calor

  • Conservar la calma y asegurar el entorno.

  • Llamar al 112 informando de las circunstancias y del estado de la víctima.

  • Valorar el nivel de consciencia de la víctima; si está consciente, intenta movilizar a la víctima a un lugar más fresco y mantenla en reposo.

  • Si la víctima está inconsciente, indicárselo al 112.

  • Valorar respiración; si no respira o no respira con normalidad, iniciar la maniobra de RCP.

  • Tumbarla y elevar sus piernas para favorecer el retorno sanguíneo hacia el cerebro. Si tenemos dudas sobre lo sucedido, mantener en posición lateral de seguridad (PLS).

  • Si la temperatura corporal es muy elevada, retirar la ropa y mojar el cuerpo con un paño (o lo que se tenga a mano) con agua fría, para intentar bajar su temperatura corporal. Las zonas idóneas para bajar la temperatura son ingles, axilas y tórax.

  • Si se consigue bajar la temperatura corporal en torno a 37,5º C, colocar a la víctima en PLS.

  • Si aparecen convulsiones proteger las zonas susceptibles de traumatismos (cabeza), cuando ceda la convulsión poner en PLS y asegurar a la víctima por si se repite el episodio.

  • Reevaluar continuamente el estado general de la víctima, su estado de consciencia y respiración.

  • Cuando los servicios de emergencias lleguen, explicar lo sucedido: los síntomas que ha presentado y las medidas realizadas sobre la víctima. Así como cualquier información de interés que hayamos podido averiguar (antecedentes, tratamientos, etc.).

Las técnicas de enfriamiento mas aconsejables (cuando están disponibles) son:

  • La inmersión en agua fría se traduce en tasas de morbilidad y mortalidad más bajas y es el tratamiento de elección cuando esté disponible. La tasa de pérdida de calor durante el enfriamiento puede ser reducida por la vasoconstricción y los escalofríos.

  • El enfriamiento por evaporación también es muy eficaz y funciona mejor si el paciente tiene una circulación periférica adecuada (que requiere un gasto cardíaco adecuado). El enfriamiento por evaporación se puede lograr rápidamente mediante la pulverización de agua tibia sobre el paciente y el uso de un ventilador. Además, se puede aplicar hielo (nunca de forma directa) o compresas frías químicas en el cuello, las axilas y la ingle o a superficies de la piel sin pelo (es decir, en las palmas de las manos, plantas de los pies, las mejillas) que contienen vasos subcutáneos densamente empaquetados para aumentar el enfriamiento.

Las medidas de enfriamiento deben interrumpirse una vez que la temperatura alcance aproximadamente 39° C para evitar el sobreenfriamiento y no causar hipotermia iatrogénica, y llegado el caso, el paciente deben ser ingresado en una unidad de cuidados intensivos.


¿Qué no se debe hacer frente a un golpe de calor?

  • Dejar sola a la víctima.

  • Pasar de golpe de un extremo de mucho calor a mucho frio puede ser muy peligroso, nuestro sistema circulatorio puede sufrir un shock y llevarnos a la muerte.

  • Enfriar directamente con hielo, ya que la exposición directa al hielo podría causarle quemaduras.

  • La hidratación no debe ser con agua extremadamente fría, sino fresca. Debemos beber de forma constante.

  • Son aconsejables las duchas frecuentes, pero nunca a temperatura muy fría. Es preferible empezar con agua templada e ir bajándola progresivamente.

  • Nunca tirarse a la piscina (y mucho menos a un río) de golpe. Debemos introducirnos en el agua progresivamente.

  • Dar comida o bebida si no se encuentra consciente. Si está consciente hidrataremos poco a poco, dando de beber a la víctima a pequeños sorbos.

  • Dar bebidas carbonatadas o con alcohol pueden provocar vómitos y favorecer con ello la deshidratación.


Medidas preventivas para pasar la ola de calor y evitar un golpe de calor

Niño mirando por la ventana de un vehículo
Nunca, nunca dejar a los niños solos dentro del coche

  • Beber agua o líquidos con frecuencia, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice.

  • No abusar de las bebidas con cafeína, alcohol o grandes cantidades de azúcar, ya que pueden hacer perder más líquido corporal.

  • Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con el calor, se debe prestar especial atención a bebés y niños pequeños, mayores y personas con enfermedades que puedan agravarse con el calor y la deshidratación, como las patologías cardíacas.

  • Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que uno lo necesite.

  • Procurar reducir la actividad física y evitar practicar deportes al aire libre en las horas más calurosas.

  • Usar ropa ligera, holgada que deje transpirar y proteger la cabeza con gorra o sombrero.

  • Nunca dejar a ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado (especialmente a niños, ancianos o enfermos crónicos).

  • Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor.

  • Consultar al médico ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.


Espero que esta información sea de vuestro interés.

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